
La cassola de arroz al horno
En la gastronomía de Canals está presente la tradición alfarera de la confección de ollas y cazuelas de barro cocido. Sin duda este factor ha influido en los potentes platos típicos que se elaboran durante estos días para recobrar fuerzas durante las fiestas. El día de Sant Antoni se suele elaborar en las casas un buen puchero dejando un sobrante de caldo, carne y garbanzos, que serán parte de los ingredientes para preparar el día siguiente el que sin duda es el plato rey de las fiestas: el arroz al horno, que todos toman al acabar el día de los Parells en una típica y multitudinaria cena, aunque por la naturaleza de dicho día se la denomina "dinar (comida) de cassoles".
Sus ingredientes principales son el tocino, los garbanzos y los diversos productos procedentes del cerdo utilizados en la elaboración del puchero (carne y pelotas elaboradas con magro picado) junto con el caldo obtenido. Además, teniendo presente el número de comensales y el tamaño de la cazuela, se le añaden patatas, tomate abierto por la mitad, de dos a cuatro morcillas y, lo más importante, una cabeza de ajos coronando la cazuela.
No se ha que confundir con otras variantes de arroz al horno de poblaciones vecinas, donde es común su elaboración sin utilizar el puchero, simplemente con caldo o incluso agua y añadiéndole embutidos, costillas de cerdo y/o tocino (arroz en tanda).
Pastas de Sant Antoni
Otro aspecto destacable es lo de los dulces típicos. Generación tras generación, los vecinos de Canals han preparado cuidadosamente las tradicionales pastas de Sant Antoni, entre las cuales destacan: el pastel de boniato, el rollito de anís, el mendrugo de almendra o la coqueta de manteca. El visitante que quiera recordar Canals con un buen sabor de boca podrá adquirir los típicos dulces en los hornos y pastelerías locales. Acompañados de licores, mistela (vino dulce), café o infusiones, estos dulces son ideales para después de cada comida o para cualquier momento del día.
Cocas
También durante las fiestas patronales es típica la "coca de cansalà", una coca de sal coronada con un trozo de tocino y/o con embutidos (longaniza, chorizo, morcilla). Otra coca salada que se come todo el año es la "de pemintó i tomaco", con una masa esponjosa a la que se le añade un sofrito de tomate y pimiento verde (y opcionalmente atún, piñones y huevo rayado). Finalmente, en cuanto a la vertiente dulce, destaca la "coca en llanda", clásica en todo el territorio valenciano ("coca de llanda"). Se trata de un bizcocho esponjoso con una capa de azúcar por encima (a veces también con ralladura de limón y canela).