Recordamos a Clara Campoamor en la previa de las elecciones locales i autonómicas
24/05/2023
Carmen Eulalia Campoamor Rodríguez, más conocida como Clara Campoamor, es nuestra protagonista de esta semana del Miércoles Violeta con motivo de las elecciones municipales y autonómicas, puesto que fue una de las principales impulsoras del sufragio femenino en España.

Clara nació el 12 de febrero de 1888 a Madrid. Con tan solo 10 años, a causa de la muerte de su padre, tuvo que dejar sus estudios para colaborar con la economía familiar. Trabajó como modista, dependienta, comercial y telefonista hasta que mediante oposición consiguió plaza como auxiliar femenina en el cuerpo de Telégrafos del Ministerio de la Gobernación con destino en San Sebastián. Años después volvió a Madrid por haber obtenido plaza como profesora especial de taquigrafía y mecanografía en la Escuela de Adultos.

En 1920, al mismo tiempo que trabajaba, finalizó sus estudios de bachillerato, cosa que después le permitió matricularse en la Facultad de Derecho, convirtiéndose en una de las pocas abogadas españolas de la época. Fue mujer pionera en muchos ámbitos: primera abogada al defender un caso frente al Tribunal Supremo, primera a ocupar la junta directiva del Ateneo de Madrid, primera mujer en hablar en el Congreso y primera en pronunciarse ante la Sociedad de Naciones (la actual ONU).

Clara mantuvo siempre una gran actividad como conferenciante en la Asociación Española de Mujeres Universitarias y en la Academia de Jurisprudencia, defendiendo la igualdad de derechos de la mujer y la libertad política. En el año 1931 obtuvo un escaño de diputada por Madrid y, por eso, pudo formar parte de la Comisión constitucional, destacando en la discusión que condujo a aprobar el artículo 36, donde se reconocía por primera vez el derecho de voto a las mujeres en la Constitución Republicana.

Clara Campoamor fue una gran defensora de la igualdad de derechos de las mujeres en muchos ámbitos y en diferentes cargos de responsabilidad. Tuvo que enfrentarse a gran parte de la Cámara de diputados, incluyendo mujeres como Victòria Kent y Margarita Nelken que, a pesar de ver con buenos ojos el voto femenino, advertían que no era el momento idóneo para otorgar este derecho, argumentando que las mujeres españolas carecían de madurez y responsabilidad social, cosas que podían poner en peligro la estabilidad de la República.

Clara no consiguió renovar su acta de diputada en las elecciones del año 1933 y tuvo que exiliarse cinco años más tarde a causa de la guerra civil. De primeras vivió en Argentina, y finalmente se trasladó a Suiza, donde pasó sus últimos años. Nunca dejó de luchar por el derecho irrenunciable a la igualdad efectiva y la no discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.