Benazir (1957) fue la hija mayor del presidente y ex-primer ministro Zilfikar Ali Bhutto, quien fue ejecutado el 4 de abril de 1979. Después de su muerte, asumió el liderazgo del Partido Político del Pakistán (PPP), pero desde Londres, exiliada bajo arresto domiciliario.
Bhutto tuvo una educación propia de la clase privilegiada. Estudió en una escuela cristiana donde aprendió el inglés a la perfección. Además, estudió ciencias políticas en Harvard y, a continuación, continuó formándose en economía y filosofía en Oxford.
El 16 de noviembre de 1988, durante las primeras elecciones democráticas en Pakistán en más de una década, su partido obtuvo la mayoría de los votos, convirtiéndose en la primera mujer, y la persona más joven (con 35 años), en dirigir un país musulmán.
Durante las campañas electorales, el partido de Bhutto manifestó su preocupación por asuntos sociales y de la salud de las mujeres. La líder feminista tenía posturas muy fuertes a favor de la lucha de género y los derechos y libertades de las mujeres y anunció numerosos proyectos de desarrollo destinados para las mujeres del país. Sin embargo, nunca las pudo llevar a cabo durante sus periodos como Primera Ministra a causa de la gran presión ejercida por los partidos de la oposición.
Tener el poder comportó consecuencias para Bhutto, entre ellas, fue acusada de corrupción durante las dos legislaturas en las que gobernó. Por este motivo se tuvo que volver a exiliar, esta vez a Dubai en 1999, donde permaneció alrededor de ocho años hasta que llegó a un acuerdo con el nuevo presidente, quien le garantizaba amnistía borrando todos los cargos que tenía.
Sin embargo, el mismo día que volvió al país, la comitiva que acompañaba a la política sufrió una serie de atentados donde murieron al menos 139 personas y más de 400 resultaron heridas. Finalmente, a los casi tres meses de haber vuelto del exilio, después de una manifestación que encabezaba su partido, fue asesinada el 27 de diciembre de 2007, y con ella 22 personas más. Sucedió dos semanas antes de las elecciones, donde se volvía a presentar como candidata líder.
Sin duda, Benazir Bhutto fue una mujer excepcional, llena de poder y victorias para la lucha feminista y siguió siempre adelante con sus convicciones, a pesar de los momentos de adversidad y bajo la mirada de la comunidad internacional.